METATARSALGIA
¿Qué es?
La metatarsalgia es el dolor o la inflamación que se produce en la cabeza de los metas, es decir, en el nacimiento de los dedos en la región plantar. Este punto es sobre el que más peso cae cuando caminamos o corremos, por lo que es más proclive a sufrir dolores y padecer lesiones.
Cuando esto sucede, se genera un apoyo excesivo en el metatarso que provoca dolor al paciente, el cual se acentúa, especialmente, al hacer ejercicio.
En un principio, el dolor suele desaparecer con reposo. Sin embargo, si no tratamos correctamente la metatarsalgia de forma temprana, el dolor afecta al caminar o, incluso, puede llegar a molestar sin necesidad de apoyar el pie.
Síntomas de la metatarsalgia
El principal síntoma de la metatarsalgia es el dolor al inicio de la marcha. El paciente puede experimentar una sensación punzante muy cercano a los dedos de los pies.
Este dolor aumenta si se camina descalzo, sobre superficies duras y/o durante cualquier movimiento o la práctica de ejercicio. Es muy común que el dolor se inicie a los pocos pasos de comenzar a caminar y que este disminuya al avanzar.
La metatarsalgia, a menudo, se manifiesta con la aparición de durezas y callosidades en los pies. Las durezas en la planta del pie aparecen como un mecanismo de defensa para reforzar la piel que cubre nuestros pies, ya que estos tienen que aguantar más peso y fricción de lo normal.
Causas de la metatarsalgia
La metatarsalgia no es una enfermedad en sí, sino una consecuencia de un mal apoyo continuado.
La causa habitual de la metatarsalgia es una mala mecánica en la fase de despegue al caminar, al elevarnos sobre los dedos. Esta también suele ser la causa más común en los deportistas. Al elevarnos sobre los dedos, se produce una excesiva presión sobre la cabeza de los metatarsianos que produce dolor e inflamación con cada paso; siendo la zona de mayor frecuencia el segundo, tercer y cuarto dedo.
El uso de un calzado inadecuado puede provocar metatarsalgia. Ejemplos de un calzado inadecuado son un calzado con excesivo tacón, poca suela o con la punta demasiado estrecha. Las deformaciones como los juanetes, fracturas, artritis, neuroma de Morton o la propia morfología del pie son también causas muy comunes de la metatarsalgia.
Por último, la edad (a mayor edad, menor grasa plantar) y el sobrepeso también son factores a tener en cuenta.