En este programa de Tu Salud a Mano hablamos de las calcificaciones. ¿Qué son? ¿Cómo podemos tratarlas? Resolvemos todas las dudas alrededor de esta patología.
Osificaciones o cúmulos de calcio
La calcificación es una osificación, es decir un cúmulo de calcio en una zona concreta de nuestro cuerpo donde no debería haber calcio, por ejemplo en los tejidos blandos. Es muy típico que aparezcan calcificaciones en articulaciones de carga, como son la cadena o la rodilla; en articulaciones como las de compresión, más concretamente en la zona de los hombros; y en otras como las articulaciones de tracción, como son los tendones de aquiles o en la planta del pie.
En muchas ocasiones, se tiende a abusar del término de calcificación como término sintomatológico, es decir, para indicar donde está el problema, pero en muchas ocasiones está mal indicado, ya que muchas de ellas no duelen e incluso no dan síntomas hasta que no ha pasado bastante tiempo.
Cuando ese tejido elástico, ese colágeno que tienen las células tendinosas, se estiran y se encojen, con el tiempo se van volviendo rígidas y comienzan a acumular calcio formando las calcificaciones. Normalmente, se relaciona con procesos crónicos de tendinopatías que con el tiempo van acumulando calcio. Estas calcificaciones llegan a ser como piedras que dificultan el movimiento de la articulación, llegando incluso a limitarlo.
¿Cómo eliminar las calcificaciones?
En nuestra clínica, un grupo de profesionales abarca las calcificaciones desde la nutrición, la fisioterapia, la readaptación y el traumatólogo en casos extremos.
Las calcificaciones están relacionadas con la nutrición, debido a que nuestro cuerpo se acidifica debido a que el PH de nuestra sangre está alto, lo cual está muy relacionado con lo que comemos en nuestro día a día, como las grasas trans, los productos precocinados, el pan, la leche de vaca hiperhormonada... Esto hace que nuestro cuerpo, de forma natural se acidifique. Por eso es tan importante tener dieta alcalina y comer de forma sana, natural y alcalinizando nuestro PH. Cuando ese ácido está alto en algún tejido de nuestro cuerpo, generalmente en articulaciones a las cuales se le está sometiendo a un exceso de esfuerzo, nuestro cuerpo lo regula utilizando calcio, de forma que se van formando calcificaciones.
Para el tratamiento de las calcificaciones, estas se localizan y marcan con una ecografía, para posteriormente tratarlas con ondas de choque focales, un sistema muy eficaz que produce una onda focal que se pueden regular en presión, intensidad, potencia y profundidad, produciendo una percusión muy efectiva para reducir las calcificaciones grandes o incluso eliminar completamente las más pequeñas.
También utilizamos la neuromodulación para trabajar el nervio y quitar el dolor, haciendo que pueda reducirse el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente mientras se realizan las sesiones con otros tratamientos.
Utilizamos el laser de alta potencia, el cual produce un efecto analségico y de cicatrización de nuestro cuerpo. Finalmente, se realizan ejercicios de readaptación para devolver la articulación a su movimiento normal.
Con ácido acético, aplicado a través de la piel hace que la calcificación se vuelva más porosa haciendo que estos tratamientos sean más efectivos.
En casos extremos, es necesario incluso valorar una cirugía.
Prevenir las calcificaciones
Es importante realizar tratamientos preventivos para evitar que vuelvan a aparecer calcificaciones, ya que un paciente que ha sufrido esta patología es común que vuelva a desarrollarla o que esté presente en otras articulaciones y aún no haya presentado dolor.
Para evitar padecer calcificaciones podríamos prevenirlas con nuestra alimentación. Si notamos que tenemos problemas digestivos, como digestiones pesadas o mala digestión al dormir, podrían indicar que hay un problema y tendríamos que trabajar nuestra alimentación, ya que ésta es fundamental para que nuestro organismo funcione correctamente.
También se pueden prevenir mediante un ejercicio guiado, en el que se controle muy bien el esfuerzo que se realiza e intentando evitar sobreesfuerzos que suelen ocasionar deportes como el running si no se practica de forma adecuada.
Finalmente, cuando nos notemos algún síntoma, debemos acudir al fisioterapeuta para tratar el problema antes de que aparezca, sin esperar a que tengamos un dolor muy agudo ni una limitación importante.