La escoliosis es una desviación de la columna vertebral, la cual suele conllevar una rotación de la misma. Afecta a muchas personas y puede causar grandes molestias y preocupación.
Desviación de la columna
La escoliosis es una desviación de la columna vertebral, la cual conlleva también una rotación de la misma. A pesar de que puede estar presente desde el nacimiento del paciente, puede comenzar a desarrollarse durante la etapa de crecimiento. De forma general, los síntomas suelen aparecer entre los 12 y los 17 años de edad.
Si bien su origen exacto no se conoce con certeza (tiene un origen idiopático), la gran mayoría de los estudios sugiere que puede estar relacionada con factores genéticos, con la rotación del cráneo o, incluso, provocada por posturas incorrectas. Es por ello por lo que la Reeducación Postural Global (RPG) resulta tan importante en pacientes con escoliosis.
Como la escoliosis implica una inclinación y una rotación de la columna vertebral, esto puede provocar tensión y bloqueos dorsales, cervicales, lumbares o de la pelvis. Si solo existiera una desviación, una inclinación de la columna vertebral, estaríamos ante un caso de desviación de la columna y no de escoliosis.
Cuáles son los signos de alerta
La escoliosis puede presentarse de diferentes maneras y sus síntomas más evidentes en un paciente pueden no desarrollarse en otro.
Algunos de los signos de alerta más comunes incluyen la presencia de una costilla sobresaliente, asimetría en el tórax, elevación de un lado de la cadera o una inclinación del cuerpo hacia un lado dominante.
Es importante observar a los niños durante su crecimiento, ya que es en esta etapa cuando la escoliosis puede agravarse. Además, debemos prestar atención a la postura: una inclinación excesiva hacia adelante o el caminar con los pies hacia adentro o hacia fuera pueden ayudar a detectar posibles problemas de escoliosis.
¿Se puede prevenir la escoliosis?
La prevención de la escoliosis implica adoptar buenos hábitos posturales y realizar ejercicios adecuados, todos ellos desarrollados por un profesional que pueda guiar al paciente en todo el tratamiento.
A pesar de que los ejercicios preventivos deben personalizarse lo máximo posible, podemos establecer como fundamental evitar posturas incorrectas que pueden desarrollar la escoliosis, como, por ejemplo, llevar mochilas pesadas en un solo hombro o encorvarse al realizar tareas cotidianas, como estudiar, ver la televisión o usar dispositivos electrónicos.
El deporte también está muy ligado con la prevención de la escoliosis. La natación terapéutica es una excelente opción para fortalecer los músculos y estirar la columna vertebral sin impacto. Nadar de espaldas, en particular, favorece la extensión de la columna y ayuda a mantener la elasticidad de los cartílagos costales y vertebrales.
Cuidados de la escoliosis
Si un profesional le ha diagnosticado recientemente escoliosis, es crucial buscar tratamiento lo antes posible; especialmente en niños en etapa de crecimiento. Los tratamientos suelen incluir terapia de ejercicios personalizados, terapia acuática y estiramientos. Además, volvemos a recalcar la importancia de mantener una buena postura y realizar ejercicios que fortalezcan y estiren los músculos de la columna vertebral.
El tratamiento con Physium resulta muy beneficioso a la hora de relajar y despegar las adherencias musculares y fasciales, aliviando la tensión y mejorando la movilidad. Con esta herramienta, se permite trabajar en ocho puntos a la vez de nuestra espalda, llegando a la fascia y tejido vertebral profundo. Además, se trabajan todos los músculos paravertebrales de la columna, incluyendo también el sistema óseo y musculoesquelético.
Gracias al vacío intermitente, con la tecnología Vacusport, con ejercicios de estiramientos e inhibición que requieren el trabajo de otras zonas del cuerpo, como la cadera, se provoca la máxima movilidad articular y fascial del tejido afectado.
Las técnicas mediante tracción axial con la camilla Tritón y la camilla de flexión distracción favorecen la movilización de la zona de la convexidad y concavidad de la curva y liberamos las articulaciones facteria y zona interdiscal para rehidratar los segmentos afectados de nuestra columna.
Ejercicios recomendados para la escoliosis
Existen ejercicios específicos que pueden ser útiles para las personas con escoliosis, aunque lo recomendado es desarrollar ejercicios personalizados. Si distinguimos entre el tipo de escoliosis de un paciente, podemos describir los siguientes ejercicios de Klapp, los cuales se desarrollan con el apoyo de ambas manos y las rodillas en el suelo:
- Para las personas con escoliosis en S, realizamos la extensión cruzada. Para ello, nos colocamos en situación de cuadrupedia normal sobre una superficie cómoda y estiramos el brazo izquierdo y la pierna derecha, manteniendo arriba y bien rectos la posición durante 30 segundos. Seguidamente, alternamos y estiramos el brazo derecho y la pierna izquierda. Este ejercicio ayuda a fortalecer los músculos de ambos lados de la columna vertebral.
- Para las personas con escoliosis en C, realizaremos el estiramiento lateral. En la misma posición que en el ejercicio anterior, nos apoyamos solo en la pierna derecha y el brazo derecho, teniendo el brazo y la pierna izquierdos elevados en tensión. Mantenemos la postura durante 30 segundos y repetimos con el otro lado, apoyándonos en el lado izquierdo y levantando el brazo y la pierna derechos. Este ejercicio trabaja los músculos del lado afectado por la escoliosis, por lo que habría que estirar la pierna y el brazo del lado convexo donde se produce la patología.
- Otro ejercicio, y sin diferenciar entre la escoliosis en S o en C, es el denominado dorso de gato. Siguiendo la postura inicial de los ejercicios de Klapp, en posición de cuadrupedia normal, tomamos aire. Mientras lo hacemos, sacamos la zona dorsal, curvando nuestra espalda hacia arriba y llevando nuestro mentón al pecho. Al soltar el aire, bajamos descendiendo toda esa zona y llevando nuestro cuello hacia nuestra espalda. De esta manera, le damos elasticidad a todo el tejido, ya que curvamos y movilizamos toda nuestra columna.
Es importante destacar que estos ejercicios deben adaptarse a cada paciente y realizarse bajo la supervisión de un profesional de fisioterapia. Un tratamiento personalizado y específico es fundamental para conseguir los mejores resultados.
Tratamientos complementarios
Además de la terapia física, existen otros tratamientos complementarios que pueden ayudar en el tratamiento de la escoliosis.
Por ejemplo, la fisioterapia con vacío intermitente puede brindar alivio y relajación profunda al tejido afectado. También se puede considerar el uso de corsés ortopédicos en casos más graves de escoliosis para ayudar a corregir y estabilizar la columna vertebral. Es importante destacar que el uso del corsé debe complementarse con la fisioterapia para obtener los mejores resultados.
En los casos más extremos de escoliosis, se puede considerar la cirugía.
Concluyendo, la escoliosis es una condición que afecta a muchas personas pero el cual, con el tratamiento adecuado y la atención temprana, se pueden obtener resultados positivos. Es importante observar los signos de alerta, como la asimetría en el cuerpo o la inclinación excesiva y buscar atención médica y fisioterapéutica si se sospecha de la prevención de escoliosis.
Los buenos hábitos posturales, la terapia de ejercicios personalizados, los tratamientos complementarios y la fisioterapia como prevención pueden ser fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes.